Equipo Directivo I.E.S. La Jarcia

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19 marzo 2007

Atención, aprendizaje, memoria, imaginación y valores, claves contra el fracaso escolar.

La atención, el aprendizaje, la memoria, la imaginación, el cariño y los valores son las áreas claves a promover para ayudar a los menores de doce años a desarrollar las habilidades del pensamiento y crear hábitos intelectuales, según propone el director pedagógico del Instituto Europeo de Estudios de la Educación y de Fomento de Centros de Enseñanza.
'Decir al niño ¡ponte a estudiar! o ¡eres un vago!, le servirá de muy poco si no le enseñamos a estructurar su pensamiento y a crear en él hábitos intelectuales con muchas dosis de afecto, comunicación, conversación y educación en valores', afirma este experto en el número de marzo de la revista 'Hacer familia'.
A su juicio, las edades relevantes para crear hábitos de estudio y educarles en valores son de 6 a 12 años.Alcázar asegura que 'no hay inteligencia sin hábitos intelectuales y no hay desarrollo intelectual sin virtudes morales'. Así, recuerda a padres y profesores que para evitar el fracaso escolar hay que centrarse tanto en las capacidades básicas del pensamiento (desarrollo cognitivo) como en el conocimiento y razonamiento moral, a través de las virtudes y la afectividad.
Respecto a cómo pueden los padres ayudar a sus hijos en la adquisición de hábitos intelectuales, este especialista recalca las bases biológicas del conocimiento, sin olvidar una 'buena comunicación' entre padres e hijos.

ANALIZAR LAS CAUSAS DE DISTRACCIÓN.
Concretamente, aconseja preguntar a los hijos diariamente qué clase de explicaciones han atendido en clase, cuáles han sido las causas de sus distracciones o cómo pueden estar más atentos para intentar fomentar la concentración, para la que también es necesario un ambiente de estudio adecuado en el hogar.
Tras señalar que la conversación entre padres e hijos estructura el pensamiento y favorece el aprendizaje, aboga por hablar mucho con los hijos, formularles preguntas, enseñarles a razonar, dejarles que tomen decisiones y darles tiempo a reflexionar como ingredientes 'básicos' para aprender mejor.
En relación a la memoria, dice que se adquiere, entre otros modos, cuanto más hábito lector tenga el niño, y, sobre la imaginación, recomienda poner imágenes mentales a la materia que se está estudiando para retener mejor la información.
A ello, agrega la necesidad de transmitir afecto, optimismo, un ambiente de estudio en casa, la paciencia y mostrar confianza en los hijos, son características esenciales contra el fracaso escolar, además de defender que un niño al que no se le educa en valores y virtudes, que no se le exige, no podrá crecer en el plano intelectual.